El Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente lleva meses trabajando en la elaboración de las Guía de Gestión Integrada de Plagas para los diferentes cultivos, tal y como se establecía en el Real Decreto 1311/2012 de 14 de septiembre, por el que se establece el marco de actuación para conseguir un uso sostenible de los productos fitosanitarios.
Las diferentes guías han sido coordinadas por un técnico del Ministerio y uno o varios técnicos de las Comunidades Autónomas en las que mayor relevancia tiene cada uno de los cultivos.
En el caso de la Guía de Gestión Integrada de Plagas del Olivar la coordinación ha sido realizada por Ángel Martín Gil del MAGRAMA y Manuel Ruiz Torres por Andalucía, colaborando en su elaboración hasta 17 técnicos del propio Ministerio y de las Comunidades Autónomas de Aragón, Baleares, Cataluña, Extremadura, Madrid y Valencia.
La guía de Gestión Integrada de Plagas del Olivar tiene una totalidad de 189 páginas y está estructurada en una introducción y cinco apartados con los siguientes contenidos:
Recoge las consideraciones generales que deberán tenerse en cuenta para la correcta aplicación de la Gestión Integrada de Plagas, Enfermedades y Malas Hierbas.
Describe los principios generales para la correcta implementación de la Gestión Integrada de Plagas, los cuales son la única obligación recogida por el anexo III de la Directiva 2009/128/CE en materia de GIP.
Incluye una serie de medidas específicas elaboradas para lograr una reducción del riesgo en zonas sensibles y espacios naturales. La determinación de la sensibilidad de cada zona se ha realizado mediante la asignación de un nivel de protección a cada zona ponderando las amenazas individuales: información de especies protegidas y vulnerables, zonas definidas dentro de la Red Natura, zonas de uso agrícola y masas de agua. De ahí se diferencian tres grandes estratos: zonas no agrícolas, zonas agrícolas con bajo riesgo y zonas agrícolas con alto riesgo. La batería de medidas propuestas son recomendaciones a tener en cuenta para las zonas de alto nivel de sensibilidad.
Incluye exactamente lo que su enunciado indica, un listado de plagas, enfermedades y malas hierbas.
Pilar fundamental de la guía, ha sido elaborado considerando que los destinatarios principales de esta guía son los productores que se encuentran exentos de la obligación de contratar a un asesor fitosanitario, al que se le presupone experiencia en la gestión de la problemática sanitaria.
Según indican sus autores, la guía pretende ser un escaparate de las medidas alternativas existentes a los medios de control químico, dejando atrás la forma convencional de abordar los problemas fitosanitarios, y acercando todo el conocimiento agronómico que se encuentra latente en materia de GIP.
Finalmente la guía incorpora un amplio Anexo, que supone el grueso de la misma, y que busca su acercamiento a los asesores GIP ampliando la información recogida en el cuadro de estrategia en las fichas de plagas recogidas en el mismo. Estas fichas facilitan la identificación de la plaga mediante fotografías y añaden información de carácter técnico. Adicionalmente, se ha recogido un apartado de bibliografía para aquellos cuya curiosidad no haya sido satisfecha.
Hasta aquí nuestra pequeña contribución para ayudar a difundir el borrador de esta guía, que en ningún caso habría sido posible sin la colaboración de José Antonio Fras, responsable técnico de la ATRIA de la SAT 3117 – “Frutos Secos Alcañiz”, al que deseamos hacer publico nuestro agradecimiento.